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Alejandro Hartmann: “Buscamos darle voz a María Marta, entender quién era la víctima”

Carmel ¿quién mató a María Marta? es una miniserie documental argentina, estrenada en noviembre de 2020 por la plataforma de streaming Netflix.1​2​ Narra la investigación y el juicio tras la muerte de María Marta García Belsunce, ocurrida en 2002.

El director del documental, Alejandro Hartmann fue entrevistado en el programa ‘La Tarde del Centro’ y al respecto manifestó: “Cuando se trabaja con material de archivo la tarea siempre es enorme porque hay horas y horas de material en la cobertura en un caso como este que tiene 18 años, pero en su época más intensa como el año 2003 y durante el juicio a Carrascosa volvió a producirse mucho más material, volviéndose realmente interminable”.

“De repente sucede que tenemos cantidades enormes de material pero a la vez hay algo que no está y sin embargo, en ese momento nos había llamado muchísimo la atención”, consignó.

“Es un trabajo complicado el de salir a buscar la aguja en el pajar, encontrarla y demás aspectos que interesan”, expresó, y agregó: “Además de todo ese material audiovisual está todo lo escrito como la causa, el expediente, recortes en el diario y por último el juicio al que tuvimos acceso, constando de 100 DVD de muchas horas cada uno”.

-¿Cómo se fue trabajando el documental?

-En el documental el guión es muy fluctuante y muy dinámico. La idea quizás tiene más que ver con el punto de vista, con ciertas cuestiones formales que se empiezan a seguir dentro de una historia donde estaba claro pretendíamos tener a todos los protagonistas, un lugar lo más neutral posible al pasar también muchos años, sabíamos que tendríamos algunas recreaciones que formaban parte del guión original.

Luego nos fuimos encontrando con el material, van apareciendo las entrevistas que se hacen en base a ese guión pero las personas no responden lo uno quiere y eso va haciéndolo mutar.

Cuando se llega a la edición, al momento de armar la serie o la película de cualquier documental sufrirá más modificaciones. Por lo tanto, es algo mutante y fluctuante a diferencia de la ficción donde existe un guión y más o menos se filmará lo establecido y los guiones de las ficciones se parecen mucho a las películas terminadas.

En el documental es un poco distinto, aunque debe tenerse una idea y visión clara, asimismo un camino trazado para mantenerse dentro, pero lo demás si es cambiante.

-¿Qué busca de los entrevistados?

-Definitivamente no voy a buscar la picantes debido a que me preguntaban ¿cómo era entrevistar, qué puedo pensar, se equivocó o qué quizás es el asesino? o cosas así. Sin embargo, cuando estoy entrevistando trato de salirme de ese lugar, generar una empatía y de creerles. Por supuesto, tengo mis preconceptos, mis prejuicios, mis ideas, mi guión escrito, mis preguntas, pero en algún lugar trato de entregarme y que el entrevistado lo sienta porque es cuando dirá lo interesante.

Trato que fluya y no ir a buscar esa picantes que muchas veces se observa en la televisión donde es muy normal que el entrevistador hable más que el entrevistado.

-¿La intención era que el entrevistado mire a cámara?

-A mí me resultaba interesante, en Carmel en particular, que el entrevistado mire muy cerca de cámara o a cámara que tuviese esa relación con el espectador porque justamente, aunque tengamos otra cámara más de perfil o de tres cuartos, me interesaba que haya una mirada a cámara para que el entrevistado se dirija directamente al público. De alguna manera en Carmel invitamos a la gente a jugar al detective o al juez, tratando de corrernos de ese lugar de relacionarnos con alguna de las posturas para presentar al público las diferentes opciones y testimonios. Nos parecía interesante que esté la mirada directa para que el público se sienta interpelado o interpele a los protagonistas.

De acuerdo hacia donde miren los personajes juegan todas estas cosas.

-¿Porqué un documental y no ficción?

-Para nosotros fue muy importante desde el vamos. El guión documental es muy fluctuante pero algunas ideas son centrales, se mantienen desde el principio y hasta el final. Exploramos mucho este caso desde diferentes ópticas, pensamos alguna vez que fuera una ficción pero siempre nos ocurría de notar dos cosas: que el caso tenía una cosa ‘muy graciosa’ de policial negro, comedia de enredos, con el pituto que pasó a ser folclórico, mientras que, la víctima para variar como suele suceder en los crímenes de mujeres se había convertido únicamente en una foto sin voz.

En tanto que, cuando tenía movimiento era un carrusel de noticias pero sin voz. Pretendíamos evitar ambas cosas tanto lo cómico, aunque la gente en las redes sigue encontrando suplementos porque los tiene el caso, que fuese parte de nuestra mirada que trata todo el tiempo de ser muy seria y no engancharnos con los aspectos bizarros o raros, en todo caso son situaciones contadas por los protagonistas y no estar en ese lugar morboso, asimismo del chiste fácil, que lo puede tener e incluso muchas veces fue tratado de esa manera el caso.

-¿Se buscó desde siempre dar voz a María Marta?

-Buscamos darle voz a María Marta, entender quién era la víctima porque en estos casos sucede que todos los demás quedan vivos pudiendo participar del pleito judicial o mediático pero la víctima pierde toda entidad y su única entidad es ser una víctima, pero fue una persona.

Por lo tanto, nos pareció importante hablar con las amigas, con sus familiares. Tratar de entender a esa mujer viva, qué hacía, conocer su carácter, conocer su trabajo y cuando apareció el material donde ella hablaba nos pareció importantísimo ponerlo, así conocerla en tal sentido.

En el material que tenemos que son dos o tres programas del hermano y un video privado familiar estaban en la televisión a través de los carruseles de noticias pero siempre mudos. Había otro de María Marta que realizó en canal 9 por Missing Children que también estaba mudo, era muy llamativo.

Un material que no podíamos encontrar era el familiar donde está sentada al lado de Carrascosa en un sillón, un saludo para un pariente. Ese material lo vi, sabía que existía aunque mudo, no lo encontrábamos y al final del montaje apareció con voz, resultando increíble para mí.

-¿Las recreaciones?

-Como pensamos todo momento en hacer una ficción, teníamos imágenes visuales que nos acompañaban y eran medio recurrentes, pero cuando comenzamos a pensar el proyecto como un documental nos dieron ganas de poder tenerlas, considerándolas ricas, que decían algo, una mujer perdiéndose en la lluvia hacia su muerte tenía un poder simbólico y cinematográfico que debíamos intentar hacer con lo dudoso y riesgoso que siempre son las recreaciones en un documental.

Sn embargo, nos dimos cuenta que por un lado este caso tiene una característica: que es un caso absolutamente privado por mucho tiempo hasta que se vuelve público y casi no hay elementos que den cuenta de esa parte privada como la muerte, el velatorio, el entierro, las primeras pesquisas de la justicia hasta que no salió esa primera noticia que fue enterrada una mujer cuya muerte se creyó era un accidente pero tenía cinco tiros en la cabeza con una autopsia practicada casi dos meses después del asesinato, el caso es muy privado y las recreaciones iban a ayudar mucho a ilustrar este momento donde hay carencia de archivos, encontrándoles un sentido mayor.

También, inspirándonos en Morris, nos pareció interesante jugar con la idea de las versiones, de acuerdo a quien lo cuente y se puede ir concretando ese crimen.

Para terminar con la recreación dando a entender la mirada de los autores. Cuando estábamos avanzando en la preproducción y en las cuestiones muy técnicas nos dimos cuenta que había algo interesante que podíamos hacer.





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